miércoles, 27 de febrero de 2013

Una semana aprendiendo a aprender (II)


La cuarta mañana la dedicamos a actividades prácticas de la mano de Fernando Trujillo, quien nos ayudó a definir un PLE, dibujando el nuestro personal.

Un Entorno Personal de Aprendizaje (PLE), es por definición (http://youtu.be/GjmsU8WbXtQ) , algo de carácter extraordinariamente abierto, si bien se pueden definir una serie de funciones básicas a las que dirigir su uso y que desarrollaremos mediante la adquisición y manejo de una serie de herramientas y servicios web. Estos útiles permiten construir un PLE adaptado a nuestras necesidades y objetivos personales de aprendizaje.

Nuestro Entorno Personal de Aprendizaje debe permitirnos al menos:

1. Buscar y/o filtrar información de interés

2. Organizar la información obtenida

3. Generar nuevos contenidos y compartirlos con la comunidad

El siguiente mapa mental (http://tallerple.wordpress.com/tag/diagramas/) puede servir como ejemplo de integración de todas estas funcionalidades y convertirse en modelo de referencia (http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=187srtzXrPQ)





Hay muchas formas de reflejar gráficamente nuestro entorno personal de conocimiento y realmente su representación requiere previamente de un concienzudo ejercicio de reflexión. Durante la segunda jornada, nos dedicamos precisamente a la reflexión sobre nuestros entornos y hábitos. Fue una experiencia gratificante y sobre todo necesaria, ya que hasta ese momento, nunca se me había ocurrido poner en orden las diferentes actitudes y modos de adquirir conocimiento que uso habitualmente.




Durante la sesión se nos pidió que reflejásemos gráficamente cómo era nuestro Entorno Personal de Aprendizaje y que a continuación explicásemos brevemente en qué consistía el mismo en realidad. He aquí el resultado personal de esa actividad:




Éste fue el PLE que diseñé en aquella sesión y que después de una reflexión, aunque contiene lo básico, muy probablemente, debería completar. Aprovecho aquí para hacer una breve reflexión acerca de qué me ha aportado el desarrollo de este curso y qué me ha ayudado a replantear y proyectar para el futuro. Hace poco oía a alguien decir que nuestros alumnos están más preparados que nosotros para enfrentarse a las innovaciones tecnológicas… No sabía por qué, pero esa afirmación me chirriaba en los oídos, me causó una cierta molestia y rápidamente, como siempre hago, me dediqué a descomponerla. ¿Quién podía hacer tal afirmación? A mí no se me habría ocurrido jamás, de eso estaba seguro… Sólo alguien que hubiese acabado arrojando la toalla ante el reto podría formular algo así… Cuando se ha pasado toda la vida interesado por ese tipo de innovaciones y soñando con la próxima, que sería más fantástica, mucho mejor aún, uno no tiene miedo… ¿Se teme lo que se desea? Por eso, nunca estaré de acuerdo con tal afirmación. Es cierto que conozco niños de pocos años capaces de manejar uno de esos temibles aparatos, pero también ancianos… Se trata, como todo en la ciencia y el conocimiento, de una cuestión de talante… quien está rendido, lo está para esto y cualquier otra cosa en su vida, quien mantiene la frescura y la pasión, mantiene intacta el arma más poderosa del ser humano, la voluntad. Así que como no me gustan las excusas, decidí tras mi análisis, que aquella expresión que me había disgustado sin saber por qué no la archivaría en el cajón de “citas para recuperar”. Aun así, la recuerdo por su molestia. Estas jornadas me han servido para reubicar mi posicionamiento frente a mi profesión y me han aportado ideas nuevas, pero sobre todo me han servido para darme cuenta de que, cuando todo y muchos a mi alrededor sólo susurran “ríndete, no hay más forma que lo tradiciona, siempre se hizo así y debe ser por algol”, otros muy cerca piensan como yo y compartimos una pasión por el autocrecimiento y la comunicación como base del aprendizaje. Siento que muchos no caigan en la cuenta de que en realidad somos esponjas abiertas al mundo mediante nuestros sentidos, porque si nos bastase la autocomplacencia probablemente no dispondríamos de ellos. No sólo me ayudaron estas sesiones a comprender que amo lo que hago y que soy un privilegiado por poder hacerlo, sino que además como ser humano tengo la obligación de hacerlo, primero “por mí”y luego, como decíamos cuando de niños jugábamos a escondernos, “por todos mis compañeros”.

Me ha aportado mucha seguridad, entusiasmo y fe en lo que desarrollo cada día del curso con mis alumnos y me ha generado una gran inquietud por controlar algunas de las nuevas herramientas propuestas que desconocía o que no había advertido que podían tener un uso aplicado en mi actividad, como Twitter o Facebook. Pero sobre todo creo que lo más interesante de todas estas jornadas ha consistido en la posibilidad de compartir experiencias e ideas con otros compañeros en la misma lucha y que, como yo, a veces también se quejan de la soledad de la batalla. No creo que de aquí haya surgido un mayor compromiso con mi profesión que el que ya tenía, pero sí un compromiso conmigo mismo al menos: no rendirme frente a la desidia y seguir emocionándome como siempre que descubro un mínimo avance que me ayude a mejorar y a comprender mejor todo aquello por lo que siento curiosidad. En este sentido estoy seguro de que buena parte de las ideas captadas procuraré llevarlas a la práctica inmediatamente, creando blogs para mis muchos temas de interés, empleando redes sociales en la transmisión del conocimiento y las tareas de aprendizaje compartidas con mis alumnos y sobre todo, materializando un concepto totalmente abierto de este tema, como el que siempre he tenido.

Es por eso que pongo a continuación la segunda parte de esa reflexión primera sobre mi Entorno Personal de Aprendizaje, donde precisar algo más las herramientas, nuevas y antiguas, a mi disposición. Una reflexión iniciada de la mano de Fernando Trujillo, David Álvarez y Esteban Romero, pero que si el aporte de la quinta y última sesión junto a Daniel Torres habría estado incompleta. Daniel Torres nos proporcionó ese kit básico de supervivencia para enfrentarnos al reto y nos acercó a las posibilidades de repositorios como Digibug, de las herramientas de Google, de Mendeley, de las posibilidades y carencias de Twitter…

1 comentario:

  1. Creo que no puedo hacer mejor comentario que resaltar tus propias palabras:

    "No creo que de aquí haya surgido un mayor compromiso con mi profesión que el que ya tenía, pero sí un compromiso conmigo mismo al menos: no rendirme frente a la desidia y seguir emocionándome como siempre que descubro un mínimo avance que me ayude a mejorar y a comprender mejor todo aquello por lo que siento curiosidad"

    ResponderEliminar